El sábado pasado volvimos al triunfo frente a El Zaragoza.
Fue un partido malo, muy malo. Jugado mal desde el pitazo inicial. Tuvimos un rato la pelota, pero no podíamos llegar, no podíamos completar los pases, marcamos mal y perdíamos pelotas que no se pueden perder.
El primer gol vino de un tiro libre de Gabi que pasó por abajo de la barrera y se le metió al arquero. Asi nos fuimos al descanso, con la mínima ventaja con un gol de chiripa.
El segundo tiempo vino con algunos cambios de jugadores y tras una subida de Nico y un disparo al arco, el improvisado arquero de ellos da un rebote largo y Diego Rojas mete el segundo.
Ellos empezaron a llegar y el Flaco tuvo que esforzarse un par de veces para que no le conviertan, tapó una con el pie que venía con ganas de inflar las redes, sacó un par con olor a gol y nos hizo dar cuenta de lo mal que estábamos jugando.
Gracias a la diferencia de dos, nos tranquilizamos un poco y casi al finalizar el partido vino el tercero tras un contraataque que el Colo definió exquisitamente tras abrirse mucho contra la línea de fondo.
Un 3-0 mentiroso, pero que nos devuelve al camino de la victoria.
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